El Brunello di Montalcino, originado en el siglo XIX en Montalcino, Toscana, y el Chianti, ambos hechos de uva Sangiovese, difieren en región, clones, métodos de producción y sabor. Brunello es robusto y envejece más, mientras que Chianti es más ligero y fresco.
La historia del Brunello di Montalcino es fascinante y está llena de tradición y pasión por la viticultura. Aunque tanto el Brunello como el Chianti se elaboran a partir de la misma uva, la Sangiovese, estos vinos tienen características y nombres distintos debido a sus métodos de producción y las regiones donde se cultivan.
Origen del Brunello:
El Brunello di Montalcino tiene sus raíces en la región de Toscana, Italia. La historia del Brunello comienza en la localidad de Montalcino en el siglo XIX. Fue Clemente Santi quien, en la década de 1860, decidió experimentar con la uva Sangiovese, seleccionando clones específicos que dieron lugar a un vino de mayor estructura y potencial de envejecimiento. Este nuevo vino, con un carácter distintivo y robusto, fue llamado "Brunello", una referencia al color oscuro de las uvas Sangiovese.
Reconocimiento y Evolución:
En 1967, Brunello di Montalcino fue uno de los primeros vinos italianos en recibir la denominación DOC (Denominazione di Origine Controllata), y en 1980 fue elevado a DOCG (Denominazione di Origine Controllata e Garantita), la más alta clasificación en Italia. Este reconocimiento subraya la calidad excepcional y las estrictas normas de producción que deben seguirse para elaborar Brunello di Montalcino.
Diferencias entre Brunello y Chianti:
Aunque tanto el Brunello como el Chianti se producen con la uva Sangiovese, hay varias razones por las que tienen nombres y perfiles de sabor diferentes:
La historia del Brunello di Montalcino es un testimonio de la innovación y la dedicación a la calidad en la viticultura. Aunque comparte la misma uva Sangiovese con el Chianti, las diferencias en la región de producción, los clones utilizados, los métodos de envejecimiento y los perfiles de sabor hacen que cada vino sea único. La próxima vez que disfrutes de una copa de Brunello o Chianti, estarás degustando siglos de tradición y pasión por el vino.